Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como https://saadwbeu643941.blogdon.net/qué-pasó-realmente-en-el-cabezazo-de-zidane-54536102